Sin entrar en más detalles, la típica máquina de bailar es una recreativa que llama bastante la atención allá donde la encuentres. Llena de neones y con una música muy cañera, es el tunning llevado al salón recreativo.
Hay muchas versiones, pero todas cuentan con elementos comunes:
- Una pantalla, donde se ven monigotes bailando sobre fondos hipnotizantes de luces y colores -igual que en los 90, con el bakalao en todo su auge- y, en primer pano, un montón de flechas escalando por la pantalla a toda velocidad.
- Unas plataformas, donde el jugador se sube, formadas por baldosas con flechas dibujadas.
- Música a todo volumen. Hay de todo, pero en su mayoría es música muy rítmica y acelerada.
Uniendo estos tres elementos nos da como resultado un videojuego de concepto muy sencillo: Pisar las baldosas en el orden de flechas de la pantalla, en el momento justo y ayudados por el ritmo de la música que se escucha.
Su funcionamiento no tiene más misterio. Sin embargo, la habilidad que se puede llegar a conseguir bailando encima de las flechas puede llegar a ser impresionante. Claro está, la dificultad es variable, y puedes jugar a un ritmo de aprendizaje -una flecha cada uno o dos segundos- hasta llegar a niveles de auténtico profesional -centenares de flechas a toda velocidad, varias a la vez e incluso manteniéndolas pulsadas-. Siempre hay un nivel adecuado.
Modos de juego
Nivel profesional. Con mucha práctica, algún día podríais llegar a hacer esto:
Pero no hay que llegar a esos extremos. También podemos jugar al modo freestyle, que consiste en bailar a una dificultad normal, pero realizando una buena coreografía:
Este modo de juego es de lo más vistoso y divertido. Es el plato fuerte de muchos torneos de baile, y se pueden ver coreografías realmente espectaculares:
U otras no menos espectaculares, pero hechas con mucho humor:
Y, en otra dimensión, los ganadores de los torneos internacionales:
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